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La misoginia de Eguren

Publicado: 2015-06-12


Caminaba en Magdalena con dirección a mi trabajo, era aproximadamente las 10 de la mañana, tenía los audífonos puestos y estaba totalmente abstraída de la realidad. Vi a un hombre que se acercaba en dirección contraria a mí, no le tomé importancia. Al momento de cruzar, pasó tan cerca de mí que me chocó el hombro, volteé a mirarlo y mientras lo hacía este hombre me dio una palmada en el trasero. Lo miré, me miró, sonrió y se fue. A pesar de que toda la vida me prepararon para afrontar una situación así (y que pena que tengan que hacerlo), no dije ni hice nada. Este hecho representa la realidad de todas las mujeres del país y puede sonar tan normal que hasta se le resta importancia, pero lo que yo sentí ese día nadie lo puede cambiar. Una sensación de impotencia, de que tu cuerpo no te pertenece, de que existen personas que pueden ejercer un poder sobre ti y que no puedes hacer nada por evitarlo. Cólera, asco, frustración, hasta culpabilidad. ¿Por qué no reaccioné?, ¿por qué no lo golpeé?, ¿por qué no me di cuenta a tiempo? Todo eso pasó por mi cabeza cuando me metieron la mano. Solo cuando me metieron la mano.

En otra ocasión, salía de una fiesta con dos amigos y tomamos un taxi para ir a comer algo. En el camino el taxi se desvió por unas calles de breña, de pronto paró y tres ladrones subieron. Uno adelante y dos atrás. Cuando uno de los ladrones empezó a rebuscarme, sentí su intención de tocarme más allá de encontrar objetos de valor. No dije nada, dejé que lo hiciera, tenía miedo de que quejarme ocasione un problema mayor. Cuando al fin nos bajaron del auto, yo me encontraba en shock, no me importaban las cosas que me habían robado, odié el hecho que me tocaran.

Superar esas dos cosas (en particular, porque existen más historias) ha sido complicado, no me imagino qué hubiera pasado conmigo, si además de pasarme lo que he contado me hubieran violado. Violar a una mujer es reducirla a su mínima expresión, es tratarla como un objeto para dar placer. Se me encoge el corazón al pensar en todas niñas que han sufrido esto, en todas las niñas que pasarán por esto mañana, en todas las mujeres que han sobrevivido a estas experiencias. No hay ningún tipo de reparación ni moral, ni económica ni jurídica que pueda solucionar lo que ya te hicieron. No existe, y si no la hay el Estado debería respetar lo único que realmente importa: La decisión de la mujer violentada.

Congresista Eguren, una cosa es ser ignorante en un tema y otra cosa es ser miserable. No soy de las personas que les gusta insultar pero en este caso es de suma urgencia decir las cosas con su nombre. La estructura de su argumento tiene una base misógina que me aterroriza, y no se justifique en que tiene una esposa y una hija, hay padres de familia con pensamiento misógino, hay líderes de opinión con pensamiento misógino, hay madres con pensamientos misóginos. Llegué a esta conclusión escuchando la entrevista que le ofreció a Juliana Oxenford, que para ser sinceros, me decepcionó, enervó e indignó. No solo como mujer, sino como una persona con empatía.

•  “Eso lo tenemos que decidir como país” (17:53)

¿Qué es lo que tenemos que decidir como país, si decido a abortar o no? El Estado no puede oponerse a que las mujeres aborten, lo que puede evitar es que las mujeres mueran. Porque en este país las que no tienen plata se mueren en el intento de recuperar sus vidas, porque entiéndalo congresista Eguren, las mujeres no somos un útero, somos personas con un proyecto de vida que no tiene por qué ser descartado por haber sido víctimas de un ataque sexual. La vida que importa acá, es nuestra vida.

• “Al trauma terrible de una mujer violentada, sumarle el otro trauma igual o más terrible del aborto” (19:20)

¿Quién es usted congresista Eguren, para asegurar que abortar será un trauma más para la mujer violada?, no dudo que para algunas sí lo sea, pero para otras puede significar deshacerse del pasado doloroso y empezar de nuevo. Es lo que exigimos, que la mujer pueda decidir en aquello que solamente a ella le compete: su cuerpo. El trauma surge porque hay personas como usted, que a toda costa intentan hacer sentir culpable a las mujeres que decidieron por ellas solas su futuro. Que se le grabe bien, congresista, ellas no son culpables y jamás lo serán.

• “Los niños en el vientre de la madre, no tiene nadie que los defienda” (20:17)

¿El niño en el vientre de la madre?, ¿realmente #DéjalaDecidir propone que la mujer tenga la opción de abortar un niño?, no es así congresista Eguren, no conozco ningún de una mujer que dentro de los 3 primeros meses de embarazos tenga un NIÑO en su vientre. Lo que sí conozco es la realidad de mi país, sé de casos de NIÑAS violadas cuyas vidas se han visto truncadas porque han sido forzadas a ser madres, cuando ni siquiera saben bien qué es lo que significa. El congresista Eguren dice que las niñas son inimputables, por ende, no corresponde hablar de ellas en este debate, pues se equivoca, porque no solo queremos que se despenalice el aborto sino queremos que el Estado se haga cargo de esas niñas vulneradas, y les brinde la posibilidad de abortar si ellas así lo desean. Porque el problema no es solo que podría ser una madre sin ningún tipo de sentimiento hacia su hijo, sino también que probablemente estamos condenando que además de carente de amor, este niño crezca en la miseria absoluta.

• Juliana: (la violación) es lo peor que le puede pasar al ser humano, ¿sabe? Eguren: “Tal vez peor es matar, ¿no? (29:57)

Esto es lo peor, lo más bajo, lo más sucio y lo que realmente muestra el pensamiento del congresista; insinuar que peor que ser violada es matar y entendiendo que con matar se refiere a abortar. Congresista, las mujeres que abortan no son asesinas, más asesinos son aquellos que permiten que las mujeres sigan muriendo porque les niegan la posibilidad de un aborto seguro. Es realmente vil pretender que una mujer sienta culpa por decidir sobre su cuerpo y su futuro.

La solución que pretende vendernos el congresista Eguren es el de las políticas públicas para prevenir las violaciones, y atender y acompañar a la mujer violentada durante la gestación. A mí me parece un chiste de mal gusto, el Estado ni siquiera puede proteger a las mujeres de morir a manos de sus esposos, no tiene la capacidad de juzgar a un hombre por feminicidio con perspectiva de género, no reciben las denuncias de las mujeres por acoso callejero, ¿y pretende hacernos creer que su opción es una alternativa?


Escrito por

Suiry Sobrino Verástegui

Periodista especialista en género, tuitera y activista contra el acoso sexual. @suiGnris


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