El orgullo de TRANSformarnos
Lía La Novia y la fiesta de devenir otra
“¿Pero por qué ahora ya no hablas normalmente?, ¿por qué mueves tanto las manos y dices que estás loca? Eso es lo que no entiendo de los homosexuales, esa manía de querer ser algo que jamás podrán ser”.
En tiempos de batallas por la igualdad (¿iguales a quiénes?, ¿por qué querríamos ser iguales a ustedes?) poco se problematiza el lugar hacia dónde nos dirige el orgullo de ser gay o lesbiana, poco se comenta cómo nos estamos volviendo gays y lesbianas orgullosxs y qué adquisiciones e identidades hacen posible dicho devenir. No se trata de oscurecer la necesidad de afirmar el deseo estigmatizado, se trata de tamizar dicha necesidad de entre el cúmulo de voces prepotentes que, con tal de apiñarse en el pedestal de lo normal, se afirman a costa de la obscenidad de las otras e institucionalizan ciertas maneras de hacer política desde lo “abyecto”.
Orgullo gay. ¿Por qué un hombre homosexual que se ejercita para desarrollar pectorales es un propicio recipiente del orgullo y una mujer transgénero que modifica su cuerpo quirúrgicamente concentra toda la abyección? ¿Por qué una transformación del cuerpo es celebrada y otra hostilizada? En tiempos de batallas por la igualdad, ciertos agentes de la diversidad sexual poco o nada hacen para desactivar los sentidos comunes que abyectizan a las personas transgénero. Y es que este adjetivo, “transgénero”, ya no solo pareciera referir el sentido de disforia que patologiza hasta la actualidad a travestis y transexuales, sino que es empleado, incluso en espacios feministas, para acusar de perpetuación de estereotipos opresores de género a aquellas personas que construyen una identidad en base a recursos propios del género “opuesto” (como si algo nos fuese “propio”, para empezar).
¿Qué hacer, entonces, con los símbolos que abruman y fascinan? Lía La Novia, activista y artista trans del DF mexicano, los habita y perturba sin ánimos de invulnerabilidad. Su trabajo gira en torno a la experiencia concreta de la transgeneridad en contextos patriarcales y a la intervención de arquetipos de feminidad a partir de prácticas lúdicas y festivas que buscan interpelar la experiencia tradicional del género binario. En respuesta a cierta interpretación del arte de performance como una situación que extraña el espacio y el tiempo de quienes devienen espectadores (“público”) a través del shock y la violencia, Lía genera situaciones de extrañamiento al presentar el cuerpo trans (su cuerpo) ya no como un sujeto que violenta/es violentado, sino como quien inaugura un ambiente de fiesta e intimidad que pone (momentáneamente) entre paréntesis su propia abyección e invita a la participación y comunión de los cuerpos y mentes inhabilitados por la transfobia y la misoginia.
Una quinceañera que, por un lado, encarna el devenir “mujer” en nuestros contextos (domesticable, sexualizada, preparada para su inserción en el mercado de bienes patriarcales), pero que, por otro lado, es perturbada al ser encarnada por quien ejecuta este tránsito-ritual desde el cuerpo “equivocado”. Una novia que fue finalmente sustraída del tráfico de mujeres para cumplir con su “destino”, y que, sin embargo, mantiene bajo el velo un cuerpo que no ha dejado ni dejará de transformarse. “Yo no quiero padecer mi transformación, quiero celebrarla”, afirma Lía, en lo que entiende es una práctica pedagógica que, contrariamente a lo que se supone es el arte de performance, no busca colmar ciertos requisitos de complejidad conceptual, sino transmitir emociones concretas cuando, por ejemplo, revela a sus compañerxs de baile que no siempre fue “ella”. Alcanzar amorosamente al otro es la acción que atraviesa todos los momentos de los rituales de La Novia.
Este viernes 30 de mayo, Lía La Novia hará una breve aparición en elgalpón.espacio (Cipriano Dulanto -Ex Av La Mar # 949- Pueblo Libre), a las 20:00 horas. Más que invitadas están todas quienes, antes que presenciar un espectáculo, deseen enamorarse de una chica de verdad.