Para amarte, debieron derrumbarse las vallas 

y marcharse de tu cuerpo los miedos.

Para amarte, debió engendrarse en mí la duda

de qué color tus pezones cuál su textura entre mis

labios de qué profunda materia tu vulva tu filuda lengua

qué capricho qué arco iris nacerían en tu cintura qué

decibeles para tus orgasmos.

                                                                                DIARIO DE LA MUJER ES PONJA


11.11.13

Son las 7pm. Ha sido un día arduo y le pido a mi novia que me acompañe a la presentación del libro electrónico “La mujer es ponja” de Doris Moromisato en el Centro Cultural Peruano Japonés. Llegamos en el tiempo exacto para escuchar los comentarios de Oswaldo Reynoso. Finalmente la misma Doris Moromisato nos lee una extensa pero emotiva presentación de su libro. Doris finaliza su presentación recitando algunos de sus poemas, donde mencionaba a Alejandra Pizarnik, Virgina Woolf, Mary Wollstonecraft, mujeres admirables que lucharon cada una en su tiempo contra la opresión y por la libertad. Le sonrió emocionada a mi novia, le tomo de la mano y me recuesto sobre ella mientras me deleito escuchando a Doris. Parecía iba a ser una velada encantadora, escuchando a una de mis escritoras favoritas. 


Una vez terminada la sesión pasamos a que nos firme el libro electrónico (es decir, la mica que contenía el código para descargarlo). Estábamos en la cola. Yo cada vez más emocionada, tomaba a mi novia de la mano y le daba un beso de vez en cuando. Es que claro, imagina que uno de tus escritores, cantantes, o actriz favorita está a punto de autografiarte algo, una no podría hacer otra cosa sino emocionarse y querer compartir ese momento con la persona que quieres. 

libro electrónico autografiado por doris moromisato al mhol


Pero aquí se acabó todo. De pronto, se acerca el personal de seguridad identificado como Hugo Mauro Cerna y nos dice que “guardemos la compostura”, que estábamos faltando el respeto a los asistentes, a la institución, que había personas mayores. En un primer momento me pregunté cómo es que darle la mano a la persona que quieres deviene en faltarle el respeto a alguien. Mi novia y yo ingenuamente quisimos explicarle ello al Sr. Cerna, quien se empeñó en decirnos reiteradas veces que había una “moral” que nosotras no estábamos cumpliendo. Cansadas de los mismos discursos de toda la vida, pedimos hablar con la persona responsable. Luego de un tiempo, nos conduce al pasillo para conversar con el señor Luis Takehara y otro más que no se presenta. Le expresamos al señor Takehara nuestra incomodidad por lo ocurrido y ¡vaya sorpresa! Takehara termina respaldando la homofobia de Hugo Mauro Cerna, alegando que podríamos besarnos en el jardín más no el auditorio ¿¡?¡, Perplejas con esas palabras les informamos que vamos a presentar una queja ante los organismos estatales correspondientes por la discriminación sufrida por su personal, ante esto, el compañero del Sr. Takehara responde (y citamos textualmente): “Antes que envíe su carta hable con Doris Moromisato, porque la institución le va a cerrar las puertas”.


Frente a aquellas palabras, asombradas, indignadas y perplejas nos retiramos del local. Haciendo las llamadas respectivas, unas compañeras abogadas nos sugieren poner una queja en el libro de reclamaciones, de ser posible con un policía al lado para su constatación. Animadas por el apoyo nos acercamos a un par de serenos, quienes contactan al policía. Volvemos a ingresar al local pero el personal del CC Peruano Japonés nos dice que ya es muy tarde, que no tienen el libro de reclamaciones y que regrese mañana (por supuesto, eso es lo que haré).


Es así como una noche que pudo terminar con una foto al lado de Doris y una gran sonrisa, termina primero con un sentimiento de indignación profunda para después sentir que no debemos callarnos, que debemos actuar y denunciar el hecho, que no es una minucia, porque cuando te dicen que no te beses, que no muestres tu afecto a la persona que amas, que ese no es el lugar ni las personas, lo que te dicen es que estás mal, que estás equivocada, que debes de cambiar, que no hay espacio para ti, que eres inferior, que debes de negarte, que no debes de existir.


Si denuncio no es solo por mí o por mi novia, si me atrevo a denunciar es por todas aquellas y aquellos que han pasado tantas veces por la discriminación en sus escuelas, universidades e institutos, en los parques, en su centro de labor, en cualquier espacio. Denunció por aquellas y aquellos que se quedan con la rabia dentro sin poder expresarla, que se quedan con un sinsabor de injusticia, hablo por aquellos y aquellas que ahora, por distintos motivos, no pueden hablar; y a quienes sí, les digo: Si nosotras/os no exigimos lo que nos corresponde entonces, ¿quién más lo hará?


Aquí les dejamos un fragmento que pudimos grabar: