La maternidad como discurso de poder
El rol de madre es un discurso de poder que se materializa a través de los cuerpos.
María Gracia Reyes
“La familia moderna contiene en germen, no solo la esclavitud (servius), sino también la servidumbre […] encierra en miniatura todos los antagonismos que se desarrollarán más adelante” - Karl Marx
El derecho a la educación y sufragio de las mujeres son hechos percibidos como naturales para todxs y cualquier discurso que señale lo contrario sería censurado en la actualidad. La conquista de estos derechos significó la posibilidad de realización alternativa, de forma individual y social (actor político) respectivamente, a los tradicionales de madre y esposa. A pesar de la igualdad legal, las estructuras sociales que se manifiestan a través de roles sociales siguen subordinando a la mujer y son más difíciles de evidenciar por no manifestarse en un plano legal. Uno de estos roles es el de madre.
Es necesario aclarar que el rol de madre es un discurso de poder. Si bien cuando se habla de poder se suele pensar en política y ésta relacionada con partidos, elecciones, Estado o lucha de clases, no se puede reducir sólo a esto. El poder se materializa a través de los cuerpos, el del obrero cansado por las largas horas de trabajo, del afrodescendiente reducido a un objeto de propiedad, de la esposa golpeada, de la mujer reducida a su rol de madre.
El discurso de la maternidad como eje principal de la identidad femenina es un instrumento de consenso gramsciano de la sociedad patriarcal y capitalista. Para Gramsci, la dominación del capitalismo se producía combinando violencia, de parte del Estado, y consenso, de parte de las instituciones e la sociedad civil. Es decir, si el patriarcado-capitalista es el sistema de coerción que establece una relación de subordinación de la mujer frente al hombre; el discurso sería el instrumento que genera consenso en la sociedad para establecer o permitir este sistema.
Este discurso no ha sido utilizado desde siempre sino desde el origen de la familia nuclear, es decir, la constituida por la madre, padre e hijos; la cual es una construcción histórica como lo fue el matriarcado en su momento y no la consecuencia de un determinismo biológico. El origen de la familia nuclear está íntimamente relacionado con el origen de la propiedad. Para Engels, la histórica derrota del sexo femenino deriva del surgimiento de la propiedad privada, ya que se produce una primitiva división sexual del trabajo en sociedades anteriores a la formación de las clases y la propiedad privada.