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tomado de http://endabuseinlanark.ca/

Una violación de la que no se habla

Las violaciones "correctivas" y la violencia cotidiana contra las lesbianas

Publicado: 2013-09-13

Las lesbianas sufrimos una violencia cotidiana e invisibilizada. Es muy usual escuchar frases como: “la violencia homofóbica se da más frecuente y cruelmente hacia gays y trans”, o “nuestra sociedad tolera más a dos mujeres besándose que a dos hombres besándose”. Y es que la violencia que afecta a las lesbianas suele no sorprender a mucha gente pues en buena parte se trata de violencia que en general sufrimos todas las mujeres en la casa, el colegio, las calles, el trabajo. Como mujeres, desde que nacimos somos controladas y disciplinadas para plegarnos a la norma heterosexual, nuestros deseos y afectos son reprimidos por nuestras familias mediante el control emocional y económico que se ejerce sobre nosotras.En las calles, al igual que a todas las mujeres, se nos acosa sexualmente, y se nos insulta y agrede si nos visibilizamos como lesbianas. En el país más violador de Latinoamérica, diariamente se viola sexualmente a entre 7 y 10 mujeres, y las lesbianas no estamos fuera de ese número.

A las violaciones sexuales que se cometen contra las lesbianas se les llama violaciones “correctivas”, porque precisamente el “motivo” por el cual el violador abusa de la persona es porque quiere corregir su “desviación sexual”, porque quiere enseñarle lo que es “ser mujer”, quiere darle una lección. 

Varios aspectos de las violaciones correctivas resultan particularmente escalofriantes. Primero, el mensaje clarísimo que está de fondo es que el ser mujer está definido por el ser penetrada por un hombre, aun en contra de la voluntad de esta. Y no se trata de que esa mentalidad la tenga solo el sujeto violador por ser este un desviado o un enfermo, sino que, en un contexto donde las violaciones correctivas son sistemáticas, esta mentalidad está muy fuertemente instalada en la cultura.

Segundo, las violaciones correctivas son la muestra más explícita de que la violación sexual es un acto premeditado que tiene por objetivo controlar el cuerpo y la vida de las mujeres. No se trata de un desborde incontrolable de deseo sexual que domina a un sujeto, se trata de un sujeto actuando como agente del orden heterosexual y machista, cuya consigna es “te violamos para que tengas claro que tu cuerpo no te pertenece, te acosamos y tocamos en la calle para que sepas que tu cuerpo no te pertenece, siempre fue y será nuestro”. 

Tercero, es increíble el silencio que hay alrededor de este tipo de violaciones. Si buscamos “violaciones correctivas” en google, pareciera que es un hecho terrible que ha sucedido alguna vez en Sudáfrica y en ningún otro lugar. Pero desde que soy activista lesbiana, cada vez sé de más casos de violaciones sexuales hacia lesbianas, y todas con el mismo patrón en el que el violador le deja muy explícito a su víctima que “ahora sabrás lo que es ser mujer”. Compañeras muy cercanas cuentan cómo luego, si es que pudieron ir a denunciar el crimen, los efectivos policiales siempre tienen una razón para ignorar tu denuncia: o eres mayor de edad [y seguramente quisiste que te violen], o estás con determinada ropa [y seguramente quisiste que te violen], o eres negra [y seguramente quisiste que te violen, o eres lesbiana [y definitivamente era necesario que te violen para que aprendas].

Y, así como estos casos en los que la víctima se puede reconocer como lesbiana ante los demás, estoy segura de que hay miles de casos de violaciones correctivas en los que, ante la violencia lesbofóbica y machista del entorno, a la víctima lo último que se le ocurriría es decir que es lesbiana, y tal vez se pasará la vida negándose la posibilidad de volver a ser lesbiana. De esta forma es que funciona y se reproduce un sistema que obliga a las mujeres a seguir siendo “buenas mujeres”: heterosexuales, femeninas, dóciles, calladas, abnegadas. Un sistema que sigue teniendo como objetivo el evitar, cueste lo que cueste, la libertad de las mujeres.


Escrito por

Lucero Cuba

Feminista, machona, anarquista, socióloga, emigrante del cono norte


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